Gusto de quedarme en soledad durante las fiestas de masas.
Las inauguraciones olímpicas,
las campanadas de noche vieja...
¿Con quién estaba cuando Munich?
Aquella madrugada del 1 de enero
en que fui al banco a sacar el primer euro.
¿Vi la de Tokyo en blanco y negro,
cuando un boxeador español
pegó a un arbitro o me lo contaron?
¡ Qué laberinto es la memoria!
¡Qué trampas nos ponen para fugarse las lágrimas!
Si no has disfrutado de llorar a solas
no sabes hasta donde puede llegar por tu cuerpo el agua salada.
© Mariano Crespo Martínez
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