Páginas

miércoles, 25 de julio de 2012

La afluencia del agua salada



Gusto de quedarme en soledad durante las fiestas de masas.

Las inauguraciones olímpicas,
las campanadas de noche vieja...

¿Con quién estaba cuando Munich?
Aquella madrugada del 1 de enero

en que fui al banco a sacar el primer euro.
¿Vi la de Tokyo en blanco y negro,
cuando un boxeador español
pegó a un arbitro o me lo contaron?

¡ Qué laberinto es la memoria!
¡Qué trampas nos ponen para fugarse las lágrimas!

Si no has disfrutado de llorar a solas
no sabes hasta donde puede llegar  por tu cuerpo el agua salada.
 



 © Mariano Crespo Martínez



              
                  

No hay comentarios:

Publicar un comentario