Con un año más de los que tiene mi hijo pequeño
ingresé en un internado.
Con la decisión propia de una madurez de diez años
y saber que querer estudiar
no rima con un barrio obrero.
Por las mañanas se hace el remolón
y le devoro a besos.
Me detengo de repente y entiendo las enfermedades que padezco.
ingresé en un internado.
Con la decisión propia de una madurez de diez años
y saber que querer estudiar
no rima con un barrio obrero.
Por las mañanas se hace el remolón
y le devoro a besos.
Me detengo de repente y entiendo las enfermedades que padezco.
© Mariano Crespo Martínez
No hay comentarios:
Publicar un comentario