Contemplé festejar a los gays su orgullo de serlo.
Los obreros solíamos hacerlo los primeros de mayo.
Allí he llevado a mis hijos para que sepan a que palo juego.
Son hermosos los orgullos que molestan la soberbia del Poder.
Son orgullos públicos que comparto.
He dado en preguntarme en privado
de qué estoy orgulloso
y llevo un largo tiempo
pensando,
contemplando un viejo album de fotos,
dudando entre derrotarme con el llanto
o recomponerme,
encender la pipa
y sentarme a escuchar un tango.
© Mariano Crespo Martínez
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