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sábado, 1 de agosto de 2015

El Comercial


Yo escribía artículos en periódicos de provincias 
soñando que algún día me leería en el Comercial 
el alcalde Enrique Tierno
o algún republicano de café solo y mal genio.
En sus salones me he reunido para organizar actos
culturales, proyectos de programas de radio 
o solo beber tras haberme manifestado contra todos los gobiernos.

He quedado con mujeres para nada concreto 
pues yo ponía la presencia y el revólver, 
pero el disparo siempre corresponde
a las dueñas de los ojos del deseo. 

He entrevistado escritores, 
me he ofrecido a editores con sudor en las manos
y la nuca rígida del que espera un milagro o el cieno, 
he perdido a los chinos 
y he quedado con forasteros 
para iniciar la ruta del Madrid nocturno
o para terminarla en la barra 
preguntando si los servicios seguían en el mismo sitio. 

Soñaba con presentar allí un libro 
con unas gafas compradas 
en la óptica de la esquina
en donde tenían las mejores lentes clásicas 
para las que nunca me alcanzó el dinero. 

Pero han cerrado los dos establecimientos
y me voy quedando sin señuelos 
para ponerme a soñar,
para ponerme a mirar, 
para quedar contigo 
y contarte la historia de aquella mujer 
que perseguía a Rafael Azcona por sus pasillos
o la de aquella chica sin bragas en los versos de Rimbaud
o los que pedían en la glorieta para un bocadillo.

Han echado el cierre al Comercial en verano 
y estoy tiritando de frío,
a la puerta de una ola de calor 
a la que ni vendrás ni yo he ido.

© Mariano Crespo 
© Fotografía de Julián Rebollo. Entrevista a Isaac Rosa.


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