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viernes, 30 de noviembre de 2012

Como Ulises, iluso





El tiempo ha transcurrido por mis equivocaciones
como por un terreno abonado.

Ítaca es una excusa para llamarse Ulises o Mariano.

Para ser patrón de una botella, beber un sueño
o dejarse llevar por un barco.
Poner el rumbo a lo iluso y a lo sabio.

Ni la atómica ni la eólica, ni la hidráulica.

Ni convencionales ni alternativas.
Ni ciento en la mano. Volando.

La única energía que me ha puesto en marcha

ha sido conocer que alguien me estaba esperando.



© Mariano Crespo Martínez





                   
   

jueves, 29 de noviembre de 2012

La estirpe de los libres


Nada me interesa más que todo.

Elegí ser de la dispersión un obseso,
como aquel que todo lo besa
porque la nada no soporta un beso.

Me especializaría si creyera en la rencarnación.

El único límite a mi curiosidad es la frontera del otro costado.

No sé cantar, 
ni  tan siquiera silbar,
la triste canción
para el gris final
del amor no iniciado.

No estoy preparado
para ser loco.

Creo en la piedad

y que todo el mucho puede ser muy poco.

Soy de la estirpe del que optó por el plato de lentejas.

La primogenitura la dejas
porque no se elige.

La libertad sí.

Solo lo sabes cuando eres libre.


© Mariano Crespo Martínez





              

El Muro


 


Me asustan los tantos por ciento de abstención.

No electoral.

La gente que se abstiene de pertenecer a una Asociación
vecinal,
cultural,
de memoria,
de ayuda,
de cobijo,
de protección.

La gente que se abstiene de afiliarse a un partido
de izquierda,
de derecha,
oblicuo, paralelo, perpendicular.

La gente que no firma un manifiesto.
La gente que no sale a la calle con los demás.
La gente que no se irrita con ls injusticia.
La gente en cuyo corazón no hay hueco para la misericordia.
La gente que se convierte en portavoz de rumores.
La gente que escupe siempre hacia abajo.
La gente que entiende que es digno estar de rodillas
ante San Narciso y que son la flor del mundo.

Me asusta

porque es la gente que grita en los bares,
que pregona "que a mí nadie me engaña".

Porque esa gente no es apolítica.


Son los ladrillos del muro.


Me asustan porque son los liberticidas,

los antidemócratas
y los seres anónimos que justifican cualquier barbarie.


© Mariano Crespo Martínez




             


                     

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Daños de libertad




Un dedal.

Cuando se cosen versos
se escapa un  pinchazo en las yemas de los miedos.

Un dedal me haría falta,
no para mí,
sino para quien quiero y le sangran mis dedos.

Cuando se cosen miedos
un dedal para mis cinco quiero.



© Mariano Crespo Martínez








                 

martes, 27 de noviembre de 2012

Llega la navidad a Venus



 (A la mujer ave que me lleva a los museos)

En el muro en el que al alba fusilaban mirlos
tomé por hábito besarla a escondidas.

El viento del sur a ráfagas llegaba
dando rebeldía a la obediencia vidente de su pelo.

La pasión tiene perfume de madera húmeda.

Indagar con las yemas de los dedos
la combinación que franquea su caja fuerte
excita el aire con jadeos.


 Sopla un abrasador aliento de levante
y se me abre una herida en el vientre de deseo.

Si crees que busco un Tiziano eres un necio.
Lo que humedecía a la Escuela Veneciana es lo que husmeo.
El amor febril extramuros del invierno.

Sucede que llega la navidad a Venus.

Para atisbar las grutas iniciáticas
aguardar la guía de alguna estrella es una pérdida de tiempo.

Te dejo gratis el consejo. Como un regalo navideño.
Bajo el sexo de su abeto.

© Mariano Crespo Martínez


 
 
 







                           

domingo, 25 de noviembre de 2012

Plegaria

 



Suplico la trascendencia
para los ojos de aquellos que me quieren.

Mi vida sin su mirada es intrascendente.
 


 © Mariano Crespo Martínez


            


                


La prudencia



- Odiaría odiarte.


 - Me enseñaron que dos negaciones afirman.

- Empieza a desnudarte.

Los poetas como los ventrílocuos
hacen portavoces a sus muñecos de su libre lenguaje.
No ponen cara a la palabra.
Son cobardes.


La prudencia en el amor, la carencia de coraje,
es de las cobardías la menos noble.

 Es fría, calculada y respetable.
 
 

 © Mariano Crespo Martínez




                    

sábado, 24 de noviembre de 2012

The answer, my friend


 
Te recuerdo
de cuando fuimos puros sin pretenderlo.

Ahora que el tiempo nos separó te sigo queriendo,
aun conociendo ya que nuestra pureza era un engaño,
como todos los milagros.

Carlos Gardel, antes que a cantar,
aprendió a bailar el tango.



De jóvenes nos movemos al ritmo que tocan los otros
y si la orquesta se detiene solemos sentarmos.

No te guardo rencor porque se te olvidase
leer con piedad en el envés de mis ojos.

La vida son cuatro días
y, durante uno de ellos,
el cuarto de nuestro tiempo más insensato,
nos reímos tanto de este invento
que se nos reventó el estómago.

Cabe la posibilidad de que el mundo se haya vengado.

The answer, my friend,
is blowin' in the wind...

 
 
La respuesta, hermano,
el viejo Bob ya canta con traspiés
convertido a la iglesia católica,
no está en el viento.

Lo que flota en el aire,
ahora lo sabemos,
es energía eólica.

La respuesta no era el enemigo.
Como don Alonso Quijano
peleamos contra molinos.

Lo juro
por aquellos pocos
que no nos estafaron al comprar sus sueños.
 

Asemejaban tanto a la deseada mañana,
en nuestras noches de luna borracha,
que consentimos a aquellos delirios ajenos
constituir nuestro Nirvana.


 © Mariano Crespo Martínez





                 

La causa y el efecto



Uno a veces se tiene a tiro
y uno se perdona la vida.

La sabiduría consiste en conocer
si la causa es porque no soportas ser el asesino
o no pasaste el examen para el papel de víctima.
 


 © Mariano Crespo Martínez




 

                   




                   



viernes, 23 de noviembre de 2012

e-mc2

 


Si no la hubiera olvidado
guardaría de ella un buen recuerdo.

Lástima que deje más huella el dolor que el sosiego.
 


 © Mariano Crespo Martínez




               

jueves, 22 de noviembre de 2012

Como gato acorralado, como gata



En ocasiones no se debe sembrar la tierra.

Hay que cambiar de ruta, en ocasiones,
para evitar la emboscada.

En ocasiones hay que plantarse con buena mano
por salvar la cara.

Tener razón, en ocasiones,
 es una mala jugada.

En ocasiones conviene que te tengan por manso
en la hostil manada.

La luna aconseja guardar la lengua, en ocasiones,
pero mantener la mirada.

Como los gatos me enervo cuando me cierran espacios,
acorralado como gata.

En ocasiones, raras ocasiones, me pongo en guardia
sin un motivo aparente,
con una corazonada.

Cuando el cerebro se ausenta me visita la taquicardía.

En ocasiones, inquietud es mi calle y mi portal
e inquietud mi casa.

Lo que engorda también mata y entran moscas
en boca cerrada.

Un gato, parezco un gato o una gata
acorralada.
 


 © Mariano Crespo Martínez


                
               

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pedagogía de suburbio



 Aprender duele.

Aunque el pacto era propinarnos tortazos con mano abierta
en el boxeo de la hora del recreo
dentro del ring de mi barrio no se repetaba reglamento.

Vivía en el territorio en el que solo lloran las nenas.


Desvalimiento se llamaba
el programa docente de la academia.

Mi madre me enseñó que la sangre no es lo primero.

Prestaba oídos con más atención en los conflictos
a los enemigos ajenos que a su propio hijo,
con una severa rectitud que no comparto
como no acepto que la justicia sea el amparo
que pueda suplir al calor de un abrazo.

No he olvidado la lección
pero años he penado por perdonar a la maestra.

Aun tengo secuelas.

Me cuesta asumir
el redentor alfabeto de la amnesia.

La letra no entra con sangre, sino que la condena.

No vendo humo .

Sabe mi biogafía aquello de lo que hablo
porque los libros acudieron al quite
de la posile delincuencia
o de la dependencia en cunetas
en la mísera diosa que habita en jeringas
con paraísos de poca gloria y alta factura.

Cobijo que no tuvieron algunos camaradas,
huérfanos de escuela.

Todavía hay calles de lágrimas regadas
por los senderos límite de una generación muerta.


Me reinserté en la razón conversando con un resinsertado.

No me utilicen como ejemplo
para alguna teoría académica.

En sentido común me gradué
observando la elegancia de un vecino,
carterista de oficio.
 
Y no creyendo en ningún dios
y partidario de la enseñanza pública,
de muchos frailes guardo un grato recuerdo
porque me iniciaron en la curiosidad lúdica
salvoconducto del conocimiento.

Al contrario de quien padeció
las disciplina cruel del clero,
a mí me zurraron laicos.
Aquellos maestros de falange
que enterraron el sueño docente
de la república en un baño
inmisericorde de destierro y sangre..

No me utilcen como ejemplo.

Gocé de un padre muy bueno
y si no he sido un bala perdida
es porque me requisaron el revólver en la sacristía.
Rincón en donde bebía el vino de misa
y me agencié mi primera revista
de señoras en picardías
que provocaban actos secretos,
con los que, amenazaban, se perdía vista.

No me utilicen como ejemplo.

 Soy la regla que justifica la excepción,
en una época negra,
en ese mi país triste en donde la excepción era la regla.

 

 © Mariano Crespo Martínez





               

martes, 20 de noviembre de 2012

Reflexiones de un sastre

 


Más laborioso resulta cambiar el interior
que hacerlo pasar por elegante.

 Harto más sencillo es vestir de uniforme a un violento
que volver agresivo a un traje.
 


 © Mariano Crespo Martínez






                 


                      

lunes, 19 de noviembre de 2012

El desasosiego



Las renuncias son semillas sin tierra.
Tengo la lengua en la boca bajo el cielo.

¿Es semejante el negro y blanco
al blanco y negro?

No confundas con mar el agua salada.
El humo en raras ocasiones habla por señales
Por la niebla no se distingue donde está el fuego.
El color del cristal de la vida es la mirada.
Cuando la vida es insípida también es incolora
pero huele a lotera
y alcanfor
y tedio.
Como huele el desamor y los pañuelos.

En las casas de los ricos
las criadas perfuman las flores
y las señoras el sexo.

Los libros van a juego
con el Rembrandt falsificado
pero con papeles, al contrario que el servicio.

En la tumba del pacifista desconocido
no hay bandera.

Nunca consigo mostrarte cómo es mi desasosiego.
Y no es que no quiera.
Es que no puedo.
© Mariano Crespo Martínez
 
 
 
 
 
                  

domingo, 18 de noviembre de 2012

Cuando la moral fabula


 

En la eficacia  moral de las fábulas
tenemos una palpable muestra
de nuestra escasa fe en las personas.

Se hace decir a un cerdo, una zorra o una rata
aquello a lo que no se presta tiempo
ni atención en boca humana.

Que este pensamiento es una majadería
no deja de restregármelo
cada día un gorrión con sotana.

 Albergo mis dudas pero no tengo estomago
para polemizar con un pájaro
tan volado, ungido y sabio.

Por demás, es terrible herir el ego de las aves.
Una primavera le dije que un secreto
me lo reveló un pajarito.
Y se volvió indignado al nido.

Al cabo de un mes tuve que admitirle
que mis confidencias estaban seguras
en él como en una tumba.
No lo dudes, como en un camposanto, dijo.
A mí jamás me han tenido que gritar:
¡Cierra el pico!

A nadie causa sorpresa
la confidencialidad de los pájaros,
la guardada compostura de las zorras.

y el sacrificio hasta la inmolación de las ratas.

Ahora que el gorrión está rezando su oficio,
les digo que las fábulas, como las religiones,
tienen un sobrevalorado prestigio,
se ven venir sus borrones,
no se trazan con brocha fina.

Cuando el escritor duda de la inteligencia ajena
hace narraciones con trampa y moralina.

Aunque la propaganda nos procure cuartos
a los pregoneros,
ninguno logra disimular la pena.

© Mariano Crespo Martínez




                

                      

sábado, 17 de noviembre de 2012

Mensuras


 
 
La velocidad del desencanto es similar a la de la penumbra.

La velocidad del silencio se cuantifica
en un laboratorio a temperatura resignación.

Lo que no somos capaces de abarcar
es la velocidad de la velocidad,
la pausa en que detiene el vuelo un poema.

Tu derramada mirada es su unidad de medida
y es variable como todas las cosas fijas.


 
© Mariano Crespo Martínez




                

viernes, 16 de noviembre de 2012

Reivindico que hagan algo por nada.

 
 
 
Con la vana esperanza de que las nubes
descarguen apacibles gotas de un sol
benigno.

Con el deseo pueril de que manzanas acarameladas
se lleven los políticos a la boca, echando al olvido
micrófonos y huecas palabras.

Con el gusto de que tus labios me besen
sin pretexto,
fuera de contexto
y dentro de un desorden establecido.

Favor imploro,
ruego,
a quien corresponda la autoría de este absurdo
guion,
que deje de ser todo tan previsible,
que las modelos no duerman con patanes,
que con los miles de usos que guarda una palabra
no sea de su agrado
el vacuo
o el que hiere.

¡Que se vayan!

Que las distraídas musarañas se enumeren.
Que haya necesidad urgente de puñetas.
Que haya abundancia de culo transitable.
Que las sartenes esperen con espárragos.

¡Que se vayan!

Porque como no se empiecen a extraviar los imperdibles
cualquier día se nos va a espantar la bestia
que nunca se debió salir de madre.

Admitido que bajo los adoquines
no existe arena de playa ,
no me resigno a que nos amarguen el azúcar,
a que pongan el velo de su opacidad
sobre el brillo que llegó a alcanzar nuestra mirada.
No nos cobren plusvalía por la vida.
Hagan algo por nada.


No. No nos toquen más las campanas
para proclamar que no tienen ideas.
Dejen de meter cizaña,
cerebros privilegiados,
que cada ocurrencia suya nos cuesta un cadáver.

Reivindico que, huérfanos de salvadores y rescates,
a los náufragos no nos impongan el naufragio.

Déjennos a nuestra suerte.
Tantas veces nos hemos desahogado que el mar ya nos respeta.
 

 © Mariano Crespo Martínez



                   
                

martes, 13 de noviembre de 2012

Cerrado por HUELGA GENERAL 14-N


Tú, amor, la lógica del embrujo



-….
- Belleza
- ….
Salud
-…….
Complicidad.
- …..

Camino.
-……
- ...roble, majadero,
azul cobalto, vamos a ver,
trece rosas, Dolores, Tetuán, zalamero,
ave, pecas, querer es poder…

Palabras clave para un buscador de biografías de amantes.

La pregunta, amor, tú eras,
inocente de la trama.
La respuesta ,
amor,
eras tú y la investigaba.

Transitar cogidos de la mano
por esta pausa de la nada
que llamamos vida,
-porque es única, la nuestra-
cuando es una porción
cienmillonésima de un fragmento
de sueño del gran enigma.
Una lógica sin creación.
Del cerebro universal,
un leve pensamiento.
Una atracción fatal
entre polos adversos.

Cobijándome de las insolentes olas de las respuestas
en el puerto, amor, de tu pregunta.
Explorando juntos, con el azar y la razón,
para alcanzar a conocer el laberinto.
No importa la salida.
Tú y yo, amor
somos carne de tramoya.
La vida es el recinto.

La historia, un largo reparto.
Un índice de difuntos,
la constatación de su parto.

Amor, va a ser causa de fortuna
conservar la extraña fe en lo que no creemos
Preferimos la comedia a lo trágico.
La ciega fidelidad a lo que no vemos.
De la que adjuramos, los lunes de luna,
por descreer en algo, no nada va a ser mágico.

Las montañas se mueven y, pese a los antivirus,
hay brujas en la red
que nos dan protección.
al maleficio,
ocultas en bits,
verrugas, escobas
y corazón de silicio

Yo ignoro todo lo que hablo pero tú conoces sus conjuros,
el vértigo que se enamora cuando divisa el precipicio.

 

 © Mariano Crespo Martínez





                      

domingo, 11 de noviembre de 2012

Regreso al presente



 Ponme, amor, la mano en la frente.
yo pondré la fiebre.

El murmullo del mar
lo tengo en la caracola.
He aprendido a cuidar niños y ancianos.
La lección más dificil ha sido saber cuidarme.

Al regreso de este viaje sin postales
me gustaría que los perros que he tenido
ladrasen de alegría al oler mis caricias muertas.
Poco más.

Entreabrir las ventanas
que me regalaron los ruidos de la calle del olvido
y a los amigos que lleguen recordarles
que en esta casa las puertas no se cierran
nunca y menos cuando llueve.

Al regreso de ningún viaje
me gana un cansancio de insomnios.´
No deshago equipaje alguno,
tan solo este cuaderno de notas
que llevo entre las orejas
y que es tan inoportuno
como la conciencia de derrota
tras cada efímero número uno.

La maleta llega vacía de los sueños
que dejé en prenda en cada peaje
Privada de los besos e historias rotas
que no saque de la casa de empeños.

Ayer mismo, parece que fue ayer mismo
cuando hubiera cambiado a ciegas
mi cromo favorito por plantar un árbol,
                                                       un libro,

                                                         un hijo. 

 © Mariano Crespo Martinez




                   

sábado, 10 de noviembre de 2012

El pasado es un dios para muertos

 



Cuando has cumplido los suficientes años como para tenerte piedad.


 Cuando te llega el amor como autobuses a los que subes sin tener billete.

 Cuando cuentas los misterios dolorosos del recuerdo de tu lado negro.

 Cuando piensas que para querer de verdad a alguien hay que conocer sus recovecos.

Ya no ves en blanco y negro.
En bueno y malo.
No hay dios y diablo.
Has dejado de ser un niño
al que se diseña un universo
que le oculte los miedos.

Cuando para que ames a una nación te cuentan sus leyendas.

Cuando impiden a la piedad viajar fuera de tus fronteras.

Cuando las miserias de tu tierra son una propaganda extranjera.

Cuando ya no subirías a trenes en marcha que te lleven fuera.

Entonces eres un niño
nacionalista,
con bandera,
con dios,
con enemigos,
con dogmas,
con fronteras.

Sé feliz,
o sea,
ignora los valores de los que has abdicado.

Cosas nimias,
como la libertad,
la verdad,
la duda,
o la belleza.

Que los muertos le tengan mucha fe al dios pasado
solo es prueba de que las tradiciones son una rémora.


  © Mariano Crespo Martínez



                 

                    


viernes, 9 de noviembre de 2012

El Desahucio


 
La naturaleza es sabia.
Lástima que a menudo no la leamos.

Usted es quizá de los que no se ha extrañado
de no haber encontrado jamás caracoles en un banco.

 


© Mariano Crespo Martínez



                 
               

La eleccíon


 

 Me preguntan las margaritas blancas
qué nos atrae tanto de lo que nos daña.

Las blancas margaritas me deshojan:

Sí, nos gustan los besos de riesgo.
No, el frío se combate con ovillos de lana y fuego.

Confieso a las flores blancas de las dudas
que yo, como todo trapecista,
conozco que el amor es encontrar las manos
leales para cuando uno se lanza al aire
a volar sin alas ni una red de aeropuerto
el otro antes de soltarte perdería la vida.

La margarita afirma, niega.

Las blancas flores me contestan
que, como ellas, elijo y me escogen por olfato
porque la fe es ciega.
 

 © Mariano Crespo Martínez




                
                 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El silencio

 

Hay conversaciones sin habla.

Qué certezas surgen
cuando nadie contesta las llamadas.


No hay contestador automático para las plegarias.

Los parásitos remordimientos sin interlocutores
dan paseos circulares con las manos en la espalda.

No hay oídos.
No hay palabras.

 El silencio es una charla densa, intensa, larga.
 



 © Mariano Crespo Martínez



           

                

1 de noviembre



 Alguno de entre nosotros se acerca,
sin saberlo,
para aprender el camino.

A su regreso tomas conciencia de que estás vivo
y te alegras de no tener flores en el portal de casa.

Qué hermoso es que hablen mal de uno.
¡Maldito el día de las alabanzas!

Mañana o pasado,

tal vez, abandone mis lecturas
y visite ese marcapáginas de flores
que llaman camposanto.

El crisantemo es la única flor que nace llorando.
 

 © Mariano Crespo Martínez