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jueves, 31 de enero de 2013

Noche de enero en el Cinquecento



Cuando en Florencia te robé un beso
me privaron del pasaporte Medici
con el que me desplazo clandestino por el Renacimiento.


Llevo un retrato auténtico falsificado por Rafaello Sanzio.


No he trabajado para el Pentágono
pero he sobrevivido en más de un polígono.


La vida me sorprende, siglo tras siglo, deshaciendo
maletas de viajes que no he emprendido.


Desde que conocí al portugués Magallanes
solo transito mares y puertos.


Si a estas alturas del poema no te cuadran los datos
puedes abandonar su lectura y fumar un cigarro.

Una de dos.
O estás fumando.
O te gusta la impostura y los impostores.
Yo estoy fumando,


Me fascina que mis lectores amen la mentira.
Quiero decir, que me amen, me fascina.
Aunque sea mentira.
Aunque no fumen.


Amar tiene más contraindicaciones que el tabaco.

La verdad tiene vocación de mentira.


Miénteme, dime que no fumas, pero no dejes de amarme.


En el Cinquecento, durante las pestes,
jugamos con las palabras para hacer más llevaderas las noches.


La peste negra.

Las negras noches
por las que de me desplazo de incógnito.

Llevo un retrato auténtico falsificado por Rafaello Sanzio.



© Mariano Crespo Martínez







                      
                 

miércoles, 30 de enero de 2013

Laboratorio de Análisis de la Inspiración (INFORME "A")




A las flores no se las realiza autopsia tras las tormentas
que las doblegan aun doncellas.


No ha habido torturador que obtenga a sopapos
un miau reservado de eso que los gatos silencian.


El escalofrío que recorre la piedra de la catedral
cuando unas manos virtuosas resucitan a Bach
en el órgano no es relevante en sismógrafos.



La esencia olorosa que conmueve el lacrimal
cuando se olfatea esa carne ensangrentada
y llorosa y minúscula que te entregan
recién escindida del templo de su madre,
con la presunción de que es inocente
de tu pasión culpable por ser dios durante una noche,
no tiene todavía nombre.


En esas precarias circunstancias de la investigación
cómo les expreso a ustedes algo concluyente
sobre qué brisa me sacude cuando comienzo
a escribir: a las flores no se les realiza autopsia...


© Mariano Crespo Martínez






                       

Complicidad



Algunas noches,
al apearme del día en la cama
albergo la certeza de que hay gente convencida
de que mi existencia y la de los míos es nociva y tóxica.


No es de los asuntos que piensas
pertenece al género de lo que notas,


Es en ese intante preciso
cuando me indigno con Juan Sebastián y las gaviotas.
No porque existan y sean especies protegidas como los buitres.


La amargura es porque tú les votas.




© Mariano Crespo Martínez






                      
                        

martes, 29 de enero de 2013

Prójimos



                                                  "La envidia de la virtud
                                   hizo a Caín criminal.
                              ¡Gloria a Caín! Hoy el vicio
                                   es lo que se envidia más. "

                                   "Proverbios y Cantares"

                                   ANTONIO MACHADO


No tener nada no te convierte en inocente.


Si nada posees y eres de los que piensan
que el hombre que puede robar impunemente
y no lo hace es un imbécil.


No lo digas cuando yo esté presente.


Estoy harto de vomitar por tener determinados congéneres.


Y no soy ni seré prójimo
de quien envidia los pesebres.



© Mariano Crespo Martínez





                     

lunes, 28 de enero de 2013

En armas de amor



                           "Si no robé la aurora de los cielos,
                      si no la robé,
                      ya la robaré".

                     "Pirata" del poemario "Marinero en tierra".


                               RAFAEL ALBERTI


                                                                                                 
                                                                                      Para P. M. B.


Los mensajes encriptados de la mente.


La mágica imagen del 17 de septiembre
en un escaparate de caminos
y nosotros tan descalzos
como un pobre ciempiés.


No se devalua tu moneda con su uso.


Los pájaros siguen trinando en las vísceras
de un adolescente que pega décadas
en el álbum de una biografía a la que falta final.


Un dia de estos te como a besos y me atrevo.


Un día cualquiera que tengo en la memoria
más cada día recuerdo menos fechas del futuro.


Voy a tener que apuntar los augurios en la agenda.
Los placenteros pronósticos en agosto.


Estoy en pie de amor.
En alzamiento.
En armas de amor.
En almas.


Me delatan estos ojos que desnudan las acacias.
Esta manera de humedecer los labios me delata.


La traidora maquinaria del instinto.
La mecánica antigua de un corazón tatuado con tu nombre.
La vieja costumbre de llevar caramelos
en el bolsillo por si un niño.


Por si un beso se emancipa de mi cuerpo.
Por si me dices no y no te creo.
Por si me dices sí y me la juego.


Por si las moscas caemos en la miel.


Por si la piel quiere.
Por si quiere la piel.


Por si no sabemos leer
lo que ya está escrito en el papel.


Suelo pregonarlo y no me toman en serio.
Tetuán con tu aliento hace frontera con un oceano nada pacífico.


Navegar por tu vientre es mi pasión
sin brújula
con misterio.


Voy a empeñar el reloj
para comprarte el tic-tac del tiempo.


Voy a decirte que te quiero a la menor ocasión.


Voy a cantarte je t'aime al oído
en el francés que aprendí en el París que nos queda.


En el rincón donde guarda los dientes mi amigo el ratón.


Por si un día me decido a escribirte a mordiscos
en la espalda las dos partes mágicas de mi cuento de amor.




© Mariano Crespo Martínez






                         
                         

                      

                  

domingo, 27 de enero de 2013

La realidad


                     "Desprecio

                           la eternidad.


                               "He vivido


                      y no sé por qué.

 

                         Ahora
                                he de amar mi propia muerte
                                                 y no sé morir.


                                          Qué equívoco".


Del poemario "Canción Errnea". ANTONIO GAMONEDA.


Me informan de buena fuente
que hay personas,
incluso con estudios superiores,
que ignoran que el verso es una rama de la minería.


Una provincia de la tierra no prometida.


Que el universo es para ti
y para nosotros el pluriverso.

Que un astrónomo es un minero inverso.


Que ignoran  que existen los sueños.



Yo tengo el mío propio.
Lo adquirí de niño por usufructo.

Hay noches que me derrota sin resistencia.
También sé que,
algunas noches guerreras,
hasta que no me sopla al oído con una pajita
o no me habla bajito, Gamoneda,
no hay manera,
no me duermo.


Y la realidad es una vigilia con miedos míos y de Antonio.



© Mariano Crespo Martínez







                         
                                 

sábado, 26 de enero de 2013

Caricatura


"Lo más dificil son los papeles aparentemente más fáciles"

                             JOSÉ SACRISTÁN




Cada cual a su tarea.


En el recuerdo no perdura
ni la imitación del estilo
ni la breve caricatura.

Si no un camino propio
para todos hay un sendero.


No imites
ni a los verdaderos dioses
ni a su falso clero.


No hay incompetencia más absurda que tener celos de Otelo.



© Mariano Crespo Martínez





                          
                                 

viernes, 25 de enero de 2013

Matemática y emoción



                  "No hay que darle más vueltas
              Este siglo no tiene solución"


            "
Decline and fall" del poemario "Museo de Cera"


                           JOSE MARÍA ÁLVAREZ



Si alguien conociera el significado de las palabras
tan solo por el diccionario y su aséptica definición.


Así sea dolor como dicha, cobijo como desamparo,
podria escribir un poema redondo y hasta cuadrado.


Un verso resolutivo de una diferencial ecuación.


Mas estaría tan lejano como ajeno
de la geometría que predispone a la fruta y desborda al corazón.


© Mariano Crespo Martínez






                         

Los años




       
"Te he visto envejecer en los salones de actos de todas las reuniones.
          Te he amado más mientras el óxido arañaba la idea y arañaba la noche (...)

              ...Y hoy te miro y me miras con la edad saqueándonos."

           
Fragmento de "De la hermosa insistencia" del Poemario "Fugitiva ciudad".


                                             MANUEL RICO




Los templos,
los salones
y hasta los muertos recientes
aman las flores frescas.


Acaso soy yo solo quién se complace
con el paso suave de la decrepitud,
con la huella del tiempo sobre la pulcra belleza.

L
a esencia renace
a la par que el perfume se añeja.



Amo pasear
y contemplar
como conmigo pasea el tiempo por mi amada
y los lirios que me faltan en la solapa.


Me recreo en la manera serena
en que el amor,
junto a mi propia decadencia ,
va mutando la estética,
la óptica
inocente, sin inocencia.



Y, amor, me pareces más hermosa
que en los retratos
del pasado que otros festejan.


© Mariano Crespo Martínez





                         

jueves, 24 de enero de 2013

Manual para despedidas



                                          "Que seas feliz
                                            si puedes
                                            y mientras tanto
                                            si dices que quieres escribir
                                            escribe
                                            y no me toques los cojones"

            "Así" del poemario " Si Dios me pide un Bloody Mary"
                                           CARLOS SALEM



En las despedidas siempre hay un despedido.

Eventuales epitafios de una historia marchita
con pasaporte sellado para el país del olvido.


Las despedidas son difíciles.

A la francesa es de cobardes.

A lo "Casablanca" es para que te partan la cara
al compás de La Marsellesa.


A lo cobrador del frac de los afectos
es tan común como ruín y mala.

A por tabaco, es una cabronada.


Un escueto adiós, aunque seas ateo, parece una salida digna.

Mejor que decir, con la voz quebrada del desprecio, de nada,
sin que te digan gracias.


© Mariano Crespo Martínez







                       

Asquerosamente humano



                      "Muy cruel serás si no te dueles de esto,
                        pensando lo que en mi alma se anunciaba:
                            y si no lloras, ¿de qué llorar sueles?"
                        "Divina comedia" Infierno. Canto I.
                                    DANTE ALIGHIERI


Cuando me dijeron que el ejercicio de dios
conllevaba decidir quién era eternamente dichoso
y eternamente convicto, aún no confeso,
pensé en mi madre, que nunca creyó en más infierno
que al que uno le lastra por dentro,

y decidí renunciar al puesto.


No sé qué estomago tendrá el que lo haya aceptado.

Yo soy asquerosamente humano.



No valgo.


Desde niño me dijeron que no iba a llegar muy alto.


© Mariano Crespo Martínez






                  
                           

miércoles, 23 de enero de 2013

El prestigio




Tuve fortuna.
Uno no elije en donde nace.


En mi familia no ahorraron para comprar envidia
ni salió una oveja negra
que, a juego con el sistema, fuera competitivo o salvaje.


Tuve fortuna.
Me dejaron como herencia
que la vida ajena es, por encima de todo, respetable.
Y la propia,
inmune a la codicia,
y siempre, con humildad, cuestionable.


Tuve fortuna.
Me legaron el amor a las escaleras
la desconfianza en los ascensores.


No darse por vencido es la victoria de los perdedores.


Guardar el sitio en la fila.
No empujar, pisar, ni colarse.


Hacer de las salas de espera un hogar confortable.


Al llegar a cualquier destino
no olvidar jamás de donde se viene.


Porque, al cabo, uno es tan solo lo que es
no un títere en la función de lo que conviene.


El prestigio y la valía van por distinta calle.


Tuve fortuna
mi familia me fue pagando el entierro
para que viviera a mi aire.


Hay gente que aún no lo sabe
pero trabaja para tener una esquela muy grande.



© Mariano Crespo Mártínez








                     

La aventura en verso




Primero vadeas un río.
No te desanimes por los mosquitos de los pantanos.

Subir al Everest 10 veces sin oxígeno
y cantando
es un ejercicio alegre y sano
con el que alegrarás la vista a los monjes tibetanos.

Estar perdido cuarenta meses y dos días
en una isla del Pacífico,
durmiendo entre escorpiones,
te dará tranquilidad de ánimo.

Alimentarte de estiercol de ñu en la sabana
fortalecerá tu intestino delgado.

Poner Siberia en punto de nieve cuatro inviernos
mejorará tu dicción del eslavo.

Realizar sexo oral con hembras
de tribus caníbales
te convencerá de la importancia de ser íntegro.

Caer en paracaidas en Harlem
vestido de cofrade del viernes santo
te hará sentir un perfecto blanco.

Piensa en todo ello.

Recuérdalo cuando piensas
que leer en fin de semana
es el estigma de los olvidados.

Busca un sitio bien iluminado.

Atrévete, abre sus páginas.


Te sorprenderá que penetrar en algunos poemarios
te puede asegurar infinitas emociones.

Y es menos inquietante
que el sinvivir de la cabra en el cuartel de legionarios.


© Mariano Crespo Mártínez



                            
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martes, 22 de enero de 2013

Academia nocturna



Si no me conociste
cuando me despeñaba los sábados
y perseguía sotas de copas
con mi as de bastos,

te podría parecer extraño
que mi sombrero luzca agujeros de flechazos.


La luna terminó por echarme de su regazo

y cuando en el reloj dan las doce pierdo un zapato.



Para entender a los dioses
nada mejor que haber blasfemado.


Los que leen con los ojos secos
nunca entenderán ni la lluvia ni los versos mojados.


En las academias nocturnas
hay asignaturas que no apruebas nunca
pero nunca, nunca, has
olvidado.


En las academias nocturnas
el notable se alcanza sobreviviendo.


El sobresaliente es lograrlo intacto.


Y recuerda, hermano, no te lo dan.
Al igual que el amor negado
, has de robarlo.



Si lo has e
ntendido ladra con ronquera de vida perra.



En la ac
ademia nocturna de las 7 vidas
se duerme en los bancos y no admiten gatos.




© Mariano Crespo Mártínez






             

Mirándote a los ojos mienten los boleros




            “No cabe otra explicación, vida mía,
                   no le des más vueltas, sencillamente
            se nos subió el amor a la cabeza”

“Febrero” del poemario "Palabras para conjugar tu nombre"

                         FRANCISCO MORA

                  A don Manuel Pérez de Merlo, un caballero.


Sabes, amor, ya cumplí la edad de los boleros.

Te sienta bien el violeta ciñendo el canon de mi deseo.

Los nardos están secos en la guía de los teléfonos.

Mis años ya tienen aledaños y una melodía por día.


Me siento tan feliz en este asqueroso charco
que se me está licuando el alma y tengo rostro de sapo.


El mono desciende de mí y yo del árbol.

Soy insecto entre las flores
y por los alerones del tejado soy pájaro.

Pan caliente leo entre horas
y vino blanco.

La tarde me regala el olor de los naranjos.


Los boleros hacen lo que no siempre logran los tahúres,
mienten mirándote a los ojos.
Así que si te roban un beso no te apures,
tan solo es el comienzo de los daños
porque te van a dejar el corazón para despojos.




Sabes, amor, los boleros han cumplido mis años.




© Mariano Crespo Mártínez







                        

lunes, 21 de enero de 2013

El infierno que hallaron los buscadores del cielo




"Prefiero el jnfierno, el infierno es mi lugar preferido"
                 Geoffrey, protagonista de "Bajo el volcán"
                             MALCOLM  LOWRY

Llegué al Village con un presidente jovial llamado Jimmy Carter
y el planeta era menos globalizado pero más habitable.


Lleg al Village cuando estrenaban "Hair" en el cine
se fumaba maría con entrada de club
y vi la película con una pareja de novios
en las que ambos eran hombres.


Tom, mi amigo Tom, era uno de ellos
y moriría años más tarde
de una enfermedad que entonces no tenía nombre.
Ahora, como algunas corporaciones,
por siglas se la conoce.

Una enfermedad que asesinaría a mi hermana Elena
y a tantas flores marchitas prematuramente
que encontraron el infierno por los atajos del cielo,
en las vías de transmisión de un tren
con el maldito destino del expreso de medianoche.


Conocí a Diane Keaton y me saqué en Washington
- una capital cateta por donde da la vuelta el aire-
una fotografía sentado en el muslo de Einstein
que me tomó a regañadientes un policía negro
que custodiaba a don Alberto
o al cosmos que a sus pies
parecían cagaditas de paloma en un falso cielo.


Comprendí que fue Vietnam
paseando dos hora entre muertos por Arlington.
Vi el edificio Watergate
con los teléfonos aun pinchados
y subi a las torres del recién inaugurado
World Trade Center
sin saber que estaría en su velatorio
ni que la CIA pagó a Bin Laden.


Vi la tumba de George Armstron Custer
y la de John y Robert Kennedy.

Fumé marihuana en Central Park
y vi el Guernica que aun no había vuelto
y a unos hispanos reclamaban su regreso
proclamando el expolio
y vendiendo unas chapas:
"soy bilingüe, bicultural y orgulloso de mi raza".

Dos de cada tres de sus hijos
han colocado a un ciudadano negro en la Casa Blanca.


En el Metropolitan, y a esto viene esto que cuento,
visité una exposición de Pompeya
y me sentí bajo el volcán como Lowry.


Luego volví a Hispania, mi pueblo.
Les dije que venía de la capital del imperio.


Ahora lo extraigo del recuerdo
cuando el mundo va a cambiar de signo
y esto es un inventario
de la caída de un modelo.


Estamos bajo el volcán y aun no sé si eso es malo o bueno.


Me sube del estomago un vómito por estafa
que disimulo con los amigos
porque sé que la mirada desolada
es un lujo que los que padecemos la historia
la orden de permitirnos tenemos cancelada.


Confieso que he mirado,
con la atención de un búho de la periferia del mercado
y he procurado no ser una maleta
en este viaje con el billete prestado.


En este viaje al paraíso que resultó un fraude
y que solo lo aprendido en el trayecto ha justificado



© Mariano Crespo Mártinez






               
                   

domingo, 20 de enero de 2013

La memoria de los cerezos




              "Mi memoria equidista de un espacio
                   donde no estuve nunca
:
         ya no me queda sitio sino tiempo".

                                                "Doble vida".

               
JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD



El primer amor no se olvida como la tabla de multiplicar.


Y tal parece que sabemos,
no sé si para bien o para mal,
como empieza este tinglado
con la ignorancia bendita de
cómo va a acabar.


Al igual que borradores de novelas
pergeñamos varios finales
con la complicidad del azar
pero el libro del amor concluye

cuando el editor pierde la paciencia
y clausura el tiempo de crear.



El tiempo de las cerezas.

La memoria de los cerezos
conserva la huella del amor puro y del nocivo
como de la primera vez que tocó el mar.



La primera vez creemos que es breve y definitivo
pero cada nueva cosecha,

con entusiasmo gramatical renovado,
conjugamos en presente el irregular verbo primaverar.


© Mariano Crespo Mártínez



          

                

                   

sábado, 19 de enero de 2013

Currículo brillante (con brillantina)




Cuando comenté que me iba a doctorar en alcantarillas
toda la familia cambió de conversación y mutó a rostro pálido.


Ahora pasan afables y sumisos por mi despacho.
Que usen gafas oscuras creo que es por un problema oftálmico.


© Mariano Crespo Mártínez







                        
                            

viernes, 18 de enero de 2013

Oficio de elegidos sin mérito


 

"Es inútil que duerma.
Corre  en el sueño, en el desierto, en el sótano.
El río me arrebata y soy ese río.
De una material deleznable fui hecho, de misterioso tiempo
"

"Heráclito". JORGE LUIS BORGES


Este oficio de proteger gacelas
con los cazadores al acecho.


Este oficio de jardinero.
al oeste del Edén.
En la orilla izquierda del cielo.


Este oficio de pastor
apacentando retratos de antepasados,
sacándoles a comer al prado.
Y conocer a cada uno
por su andar y sus manías en blanco y negro

de ocupar su propio marco.


Este oficio de bautizar en mi Jordán
a las cosas que nombre ya tenían
con un nombre nuevo.
No llamar pan al pan
pero que a pan sepa cuando lo muerdo.


Este oficio de intimar con el viento
hasta que te peine el pensamiento
y te desenrede la dudas del cabello.


Este oficio de conocer todos los precios
y deslindarlos del valor que les confiere respeto.


Este oficio de estar a dos velas
iluminando el altar
para velar la agonía sin madre del cordero.


Este oficio de mañanas de niebla
y tardecitas de paseo.


Este oficio de cuidar de que no le falte escarcha al invierno.
Este oficio de proveedor de sueños
con un carretillo destartalado y viejo.


Este oficio con tanta vocación y escaso conocimiento.


Este oficio de retratar lo que no veo.


Este oficio de colocar flores frescas en tu pelo.



Este oficio sagrado de no cansarse de mirarte
que compartimos mi placer y la rutina del tiempo.



Este oficio es una bendición que ni elegí ni merezco.



© Mariano Crespo Martínez







                              

jueves, 17 de enero de 2013

Los 60




El día en que suicidaron a Marilyn Monroe
entró en el diccionario del horror la palabra narcótico,

y en la historia universal de la infamia
el primer presidente católico.


El día en que suicidaron a Marilyn Monroe
los hombres solitarios durmieron más solos.


El día en que suicidaron a Marilyn Monroe
fue un pequeño paso en el crimen,
pero para la humanidad
fue el inicio de una nueva era.


La impunidad cantada por Frank Sinatra
y el Gobierno mundial de la Mafia en Las Vegas.


Neil Armstrong no lo sabía,
porque iba a estar en la inopia o en la luna
como yo en clase de filosofía.
Todo el sueño de los 60 fue una impostura.


El día en que suicidaron a Marilyn
entre todos los Kennedy el FBI y la CIA
mis padres ahorraban para un pisito y no captamos la profecía.



© Mariano Crespo Martínez






                   
                      

Lección sobre la ética de los mercaderes



"Quienes creen que el dinero lo hace todo, terminan haciendo todo por dinero".
François Marie Arouet
, VOLTAIRE


Vamos a ver si tomáis nota, chavales.


Un ilustre científico ha proclamado a los cuatro vientos
que se podría acabar con el cáncer
mediante la investigación oportuna
pero que los laboratorios necesitan amortizar
lo invertido en sus patentes.
Es lógico, son muchos dividendos y puestos de trabajo.


Yo, sin ser un experto en estrategia militar, os señalo
que con una megabomba se acaba antes una guerra.
Es una verdad incuestionable. Pero no es la ética
lo que frena su uso, sino porque se queda
sin salida la venta de armamento ligero.
Y es riqueza y creación de empleo.


Esta es parte de la lógica que demuestra
que somos una especie evolucionada
con una inteligencia capaz
de enriquecerse arruinándose.


Y el que se atreva a mencionar a Voltaire en un examen
me va a volver a ver la cara en septiembre.



© Mariano Crespo Mártínez








                      

Última plegaria

 
"Hoy los avances del conocimiento del mundo y las capacidades de su manipulación exigen una moral adecuada y bien articulada. Los valores éticos fundamentales siguen siendo válidos, pero la inoperancia de los otros valores en la sociedad pone en duda la utilidad de la moral al uso. Éste ha sido posiblemente, el camino que se ha seguido para llegar al amoralismo actual.
Muchos han denunciado la pérdida de la moral, pero hoy es el saber científico el que nos alerta de lo grave de esta "desmoralización"".

"El genoma para peatones".
ANTONIO LÓPEZ CAMPILLO


La camisa violeta con manchas de cera.
La cuaresma y el Duero dejando niebla
en los meandros y en la carretera.
¡Señor que todo lo habitas
el jardín del genocida
y mi sucia celda!


¡Señor, ten misericordia
de la hoguera que no quema,
de la brisa con aliento a guerra,
del jardín del cerezo sin cerezas!


Una noche de estas te negaré tres veces
porque si existes no me das señas
porque si no existes para qué esta farsa
y porque me asoma el deseo de hembra
me llama desde el manzano la manzana.


Señor, de la neutralidad que asusta.
Un espectador de esta tragedia
temería que un día tuviera que rendir cuentas.



Por eso, entre otras razones, niego tu existencia.


Si la aceptara no querría ser cómplice
de una burla esperpéntica
de tan alto coste.


No quiero ser sagrado quiero ser persona.


Mañana dejaré el templo, su eco y su tibieza.


Vine aquí a buscar cobijo para la noche
sin saber que la noche puede ser eterna
y que la luz está dentro de uno,
no en la intemperie de fuera.


Me degradaré de naturaleza.


Renunciaré al privilegio
para ponerme al servicio de la libertad.
Rechazo la vieja moral impuesta
y me acojo a una nueva ética.



Sin dar razón de mis actos
mas que a mis semejantes y al planeta.


Me voy sin obtener la respuesta
a la pregunta que albergaba:
¿El hombre es un fin o un medio?
La pregunta que desde Kant
nos atraviesa y desvela.


Si soy un fin
cojo el timón de mi nimia existencia.
Si soy un medio
que lo sea de un cosmogónico trayecto del caos a la belleza.



© Mariano Crespo Mártinez






                        

miércoles, 16 de enero de 2013

Tu ausencia es un cuadro sin museo



               "Uno llega a obtener lo que desea
                 si de veras se esfuerza en conseguirlo.
                 La insistencia es la clave del acierto.

                 La piedra que se encima persistente
                 sobre sus compañeras de sendero,
                 logrará que tropiece alguien en ella"


            Greenwich Avenue. JOSÉ MARÍA FONOLLOSA

                                          
                                                       a P.M.B. por tanto... 



Amor, posada tu mirada sobre las cosas.
En esta casa los objetos
son mudos reproches de tu ausencia.

Hay un cuadro que observa mi perfil bueno
y desaprueba que escriba poemas sin rimar los versos.
La lámpara, más tiempo conmigo,
ilumina un tenue silencio
que no es amigo ni enemigo
como el callado puente que elude al río.

La rebeca siente el escalofrío
de cuando son las siete y el cuco,
del reloj de pared que no tengo, está traspuesto.

Vivo en un campanario sin campana.
Vivo sin lo puesto
en un osario carnal sin huesos.
Vivo en tu herida de deseo que no sana.
Amor, te echo de menos.


La lluvia en Nueva York me tiene calado de ti hasta los besos.




© Mariano Crespo Martínez







                     

martes, 15 de enero de 2013

Los volubles tesoros aspiran encontrar exploradores incautos


"Buenas noches, noche. Me llamó Moisés. Moisés Filadelfio Gutiérrez Gutiérrez, un poco más conocido como Rosamel del Valle. Tengo tres hermanos dormidos en las llamas. Vivo en la calle San Francisco 328 esquina con las oscilaciones del atardecer..."

El pasaporte de Orfeo. LA CASA ROJA
JUAN CARLOS MESTRE


Existen cuentos extraños
de los que se cuentan solo
cuando los narra alguien con fiebre
a otro que está dormido y sano.


Este me lo narró el único superviviente
de un naufragio de secano
en la calma chicha de un café, en agosto
de acá para dos años.


Tal como él lo relató, yo lo relato.
Sin quitar o poner una coma
y sin añadir ningun dato.


Erase una vez
un tesoro
que encontró el mapa
del corazón de un explorador
desorientado.


No sería necesario explicar que no hay nada más aberrante
que estar escondido sin que ningún pirata incauto te encuentre.


El tesoro hizo lo razonable:
la manera de seducir
de los hombres con las mujeres.


Eliminar el mapa,
dejarse ver los martes
y, pese a su grandes virtudes,
mostrar pequeñas taras de serie.


Ya se sabe que el paraíso es que te amen,
que te admiren no te abre la puerta de la caja fuerte.


Resumiendo: que el tesoro, como es costumbre,
encontró al explorador
que, desde aquel feliz acontecimiento,
goza de mucho prestigio en el mundo de los hombres
como interpretador de mapas
de dificultad nueve (9).


Asunto del que ostentan los machos
cuando siempre están más perdidos
que un calcetín negro, un paraguas
o la convivencia entre la razón y las sectas.


Y no murmuren en la sala.
Esto es la realidad, amigos y amigas,
perplejos oyentes de mi relato.
Lo demás, pura filfa, tradición pero falso.


Yo no soy el culpable
de que la historia la escriban los vanidosos
cartógrafos en los bares
cuando están ebrios y pavos reales.

Si no encuentran el retrete,
al fondo a la derecha.


Si no encuentran la salida es que son mortales.
Asi de simple y de triste.



© Mariano Crespo Martínez