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viernes, 31 de enero de 2014

Cotidiana eterna




Catorce años
para quince
tenía mi mirada
cuando descubrí lo apacible 
que es el sol del invierno 
mientras atraviesa un membrillo. 

Ese día se completó 
con el hallazgo 
de la fiebre en clase de francés,
los supositorios, el ponche
y unos inquietantes delirios. 

Sigue siendo un misterio 
hoy, con la vista cansada,
este sol del invierno 
y cuándo, cómo, 
y por qué un hecho cotidiano 
se instala en el recuerdo y se transforma en eterno. 


© Mariano Crespo






                             

                                

jueves, 30 de enero de 2014

Libertos esclavos



Si tu reloj tiene segundero
habrás captado 
que fue iluso 
haber llamado 
presente
a cualquier tiempo
pasado. 

De continuo estamos en segundas nupcias
del amor que nos está besando. 
La segunda floración del árbol con nuestro corazón tatuado. 

Nuestro lugar de nacimiento
es un instante embelesado. 

Y llamamos vida eterna
al presente de un reloj que está parado. 

Los besos hacen cicatrices tan hondas, amor,
que tienen el futuro en fuego grabado,
como los hombres libres
son de la libertad esclavos.



© Mariano Crespo




                                   

martes, 28 de enero de 2014

Compañera



Esto es un camino 
disfrazado de escalera. 

Dónde están tus ojos, 
compañera.

Si necesito tu mirada
es para recuperar la perspectiva. 

El lujo de llanear cuesta arriba. 

© Mariano Crespo



                               

                               

lunes, 27 de enero de 2014

Blanco y negro



Los amigos que saben
de mi fobia al clero 

no terminan de aceptar
por qué no soy ateo. 


Apelan entonces al atajo 
de mi juventud de novicio
y a que el hábito 
conforma carácter
como la costumbre, 
los horarios
o el desahogo rutinario
de la noche de los sábados.
 

Se equivocan
por completo.

En aquel templo
yo carecía de fe sin saberlo.
 
Como he sido criminal de guerra 
en algún perverso deseo.
Se equivocan 
porque yo he conocido guerreros pacifistas
y monjes sin dios.
He conocido incluso, créanme, 
sabios 
que tenían título universitario
con su diploma en marco.


Con el criterio centrípeto de los grandes credos 
creen que negar la existencia de dios 
es negar la del hegemónico.
Cuando los dioses
no habitan en el cielo
sino en la guía de teléfonos.
 

Cuanto más universales somos más provincianos. 

Yo creo. 
Creo en las tormentas y en los amaneceres
en ti, amor, 
y en mi deseo. 

Creo en San Juan de la Cruz 
y en el gregoriano.
en la teología de la liberación 
y en la risa 
y en el orgasmo
que da color a la amapola
y afina el piano.


No tengo fe en la apostasía 
porque tampoco creo en los certificados. 

Y he visto algún milagro.

Hace muchos años 
iba a la iglesia 
a esperar que terminase su trabajo 
el cura
que era mi amigo. 
A veces, llegaba a tiempo 
y contemplé el espectáculo 
de como la más vieja de las feligresas 
enferma de un avanzado Parkinson 
transportaba las vinajeras hasta el altar 
con el tintineo de los cristales 
que nos llenaba de una tensión 
de una incertidumbre 
sin redoble de tambores. 

Creo en el dios 
que hizo que jamás se derramase 
ni el vino 
ni el agua 
ni que nunca robase 
el yonqui de mi calle 
que fue deshilando su vida
mientras hilaba artesanía,
ojeras y hambre.
 

Yo creo. 
Creo en las tormentas y en los amaneceres.
En ti, amor, 
y en mi deseo.



Pero no, no soy ateo.

Porque si no le tengo fe al blanco 
que me obliga a afirmar el negro. 

No tengo fe en la apostasía 
porque tampoco creo en los certificados.
Lo que sí tengo es
amigos sacerdotes
y una radical fobia al clero.



© Mariano Crespo





                                






                           

viernes, 24 de enero de 2014

Besos





Hay besos que saben a vísperas de todo.

Besos que son un ultimátum 
a la paz de los cementerios,
a la calma chicha del olvido.

Besos como una tormenta en un vaso de vino.

Hay besos,
cómo deciros,
que te estallan en la línea de flotación
del herrumbroso barco de la madurez
y retornas al niño
que timoneaba una cascara de nuez
cuando acababa el bocadillo.

Hay besos
que suenan pum, pum y pum
con los colores de los fuegos de artificio.

Hay besos que fundan una patria
a los extrañados de sí mismos.



© Mariano Crespo



 
                           

jueves, 23 de enero de 2014

Burdel



Ella cerró los ojos,

y pidió tres deseos 


antes de abrir las piernas. 



                      El se alivió y,
                     


                                            aunque pagó,
                                            

                                                          
                                                              dejó tres deudas.




© Mariano Crespo




                              

                            

miércoles, 22 de enero de 2014

Amor crítico




Conviví con algunos perros
pero de ninguno nunca fui amo.

Me aguardaron como nadie
pero jamás enmendaron mis engaños. 

La lealtad incondicional no es la mejor amiga del hombre,
más bien es la jaula de los pájaros.


© Mariano Crespo




                             

martes, 21 de enero de 2014

Libertad



Como en el ferrocarril
el destino solo existe 
si te subes al tren. 

Nada está escrito en los pañuelos del adiós.

Sí en los verdes ojos del ven.

El destino es un cambio de agujas en las vías del reloj.

Puede ser automático
o puedes dirigirlo
tú.

© Mariano Crespo



                           
                          
    

domingo, 19 de enero de 2014

Amistad




Hay dioses de carne y emociones
 a las que recuerdo a mi vera
los días de espanto
y decepciones.
Los domingos de gloria
que anochecen viernes santo.


Cuando se cena sopa fría y desaliento
y se blasfeman los dolorosos del rosario.

El velatorio sin anís y sin tabaco,
el desahogo en ausencia de deseo,
el rito del dolor de los corderos
sin incienso
y sin misterio.
A solas con el miedo.

Mi sombra son esas personas
cuando la luna me reta a los ojos
porque ha mojado sobre llovido
y da pudor poner el llanto
al hombro extraño de un mendigo.

Y acude la risa a la asamblea
porque, cual magos,
sus conjuros
convierten en comedia mi calvario.


© Mariano Crespo




                              
                                    

viernes, 17 de enero de 2014

Miedo



He puesto un vigilante 
en el solar que no tengo 
para la casa que sueño. 

Cuando me sube la fiebre
del hombre moderno,
deliro miedo 
a que me roben
lo que me es ajeno. 

Niégame el pan y llámame panadero. 

© Mariano Crespo




                                 

jueves, 16 de enero de 2014

Guerrero del alba



Ajusto la blindada sonrisa
al orificio expansivo de la boca.
Armo la piedad
sobre el azul acero de los ojos.
Me encamino a la batalla cotidiana
contra el dragón que exhala cenizas
y cadáveres de rosas.

Al amparo de la luna
he dejado mi fragilidad
y las inciertas dudas.


No pasarán, amor.
He inundado la ciudad de versos frescos y de frutas.
© Mariano Crespo



                          
    

miércoles, 15 de enero de 2014

Oferta y demanda




No es por piedad, amor. 


Tiran a no dar 
porque hay más balas que corazones. 

© Mariano Crespo




                           
    

martes, 14 de enero de 2014

Sobre ángeles y cielos





Es difícil cambiar a un hombre. 

Incluso a la baja, 

por un ángel bueno. 

Es fácil encontrar acomodo a un muerto 
incluso a sus cenizas
y al llanto de sus deudos. 

Es difícil acomodar a un recuerdo.

Es fácil pedir asilo, amor, 
al amparo de tu cuerpo

Difícil es cambiar a una mujer.
Incluso a la baja, 
por la bóveda del cielo.
 

© Mariano Crespo




                       

lunes, 13 de enero de 2014

Tiempos modernos



En medio del frío 
lanzamos un cohete.

Desde hace un tiempo impreciso 
oímos el ruido de su trayectoria 
pero no sabemos cuándo explotará, 
ni si lo hará, 
ni si lo hemos lanzado
ni siquiera si hace frío. 

Ni, ni, ni…

© Mariano Crespo



                             
 

domingo, 12 de enero de 2014

Leopoldo de Luis







Por mí no pasan los años,

se quedan todos,

se quedan. 


                      Contestaba Leopoldo de Luis
                       a quién quería halagarle 
                       su buena presencia. 

                     Cuando fui a su casa 
                    me faltaban los años 
                  -que también a mí no me pasan,
                    ahora se me quedan- 
                    para entender su tristeza. 

No hago planes para más de unos días,
observaba cuando le emplazabas
para un encuentro 
con sus saberes 
y su lúcida cabeza.

La última vez que le visité 
me recordó que se apellidaba Urrutia 
y el de Luis fue una componenda 
para burlar la censura. 
Tenía apellido de preso y de lucha. 

Cuando uno ve el final 
y va aparecer el reparto
de la película 
deja claro quién es 
y aquello que se le negó
se reafirma. 

Le recuerdo en este 31 de diciembre
mientras leo sus poemas,
en esta edad en que los plazos 
se acortan 
para hacer un deseo 
a larga distancia. 

Quedamos el año que viene,
tal día como mañana. 


© Mariano Crespo


                             


                            

sábado, 11 de enero de 2014

Deconstrucción



Cuando se alcanza el tejado 
se descubre que lo bello,
lo irracional,
lo que una vez soñamos
era acabar la casa por los cimientos. 

A menudo, ya es demasiado pronto. 

© Mariano Crespo



                           

                     

viernes, 10 de enero de 2014

Aprendizaje




Los éxitos
son fracasos sin lecciones. 

Una tregua en el disparate. 

© Mariano Crespo



                           

jueves, 9 de enero de 2014

Triunfo


Sujetos hay que roban

veinticuatro horas diarias

para ver el apocalipsis
 

en primera línea de playa.


                    Por fortuna hay piedras


 
     que nos regalan el musgo los días de lágrimas. 



© Mariano Crespo



                       

                    

miércoles, 8 de enero de 2014

El Cosmos según mi universo



Las cosas de las que más he aprendido
no las puedo contar
dando todo lujo de detalles. 

Mi vida, 
aunque os parezca mentira,
no la adorno para fascinar 
sino la enmascaro en trampas 
para no ser descubierto. 

Mis silencios, ay, 
aquellos pocos que los conocen 
saben de su desgarro
de vísceras y cemento y cables. 

Como los tuyos si aun no has decidido morirte
y paseas a tu cadáver de cuerpo ausente. 

Pese a las apariencias 
un órgano atesora todas las conmociones 
de la música aunque calle. 

Guardo silencios para no avergonzar a los dioses.

Y si no que tengan el valor de bajar
y desdecir las palabras que custodio. 

Os regalo eso que se llama orden. 

Segundos fuera.

En mi caos mando yo.
 

© Mariano Crespo




                     

martes, 7 de enero de 2014

Intenciones




Si no pretendes ofender,
la impertinencia 
está en el oído que escucha 
no en lo que pronuncias. 

Lo que suscribe es la intención
y el tono que es la rúbrica.

Aunque hay ojo que no se inmuta
cuando blasfema o cuando reza, 
el odio y el amor 
no permiten mirada serena.

Mi abuela lo expresaba con más agudeza:
me fastidia el retintín, no que me llamen puta. 

© Mariano Crespo






                             





                     

lunes, 6 de enero de 2014

Limites



Descendiendo 
por esta escalera de subida
no hay sueño más estéril que la cima.

El nivel del mar
es para los peces el techo de la jaula.


© Mariano Crespo


 

domingo, 5 de enero de 2014

La palabra absurdo tiene la b después de la a




Lo más difícil es nacer
para un poema.
                Y para ti
                            y para mí. 

Basta con que te cierren los ojos 
para que dejes de oír.   

El principio envidia 
                      -ama, odia-
al cabo, al fin. 

Todo viene a suceder
como que
sin conclusión concluyera el verbo concluir.
 


Hay un orden absurdo en el azar y el existir.


© Mariano Crespo



                          

sábado, 4 de enero de 2014

Precipicio



Tanta prisa.


Todo tan efímero
.

Carecen de puntos suspensivos
nuestros finales.


Ya no quedan después como los de antes. 


© Mariano Crespo