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miércoles, 4 de marzo de 2015

El hombre descolocado


A las mujeres nunca se las conoce 
como bien saben los que conocen de mujeres.
Sin ir más lejos, yo soy un descolocado.

Yo ruego a los dioses que antes de abrir la boca 
su planeta conjugue su órbita con mis giros.
Lo contrario son las hecatombes cósmicas.
Cuando ofreces una aventura 
y ella está pensando en el nido,.
Cuando entregas cobijo 
y ella quiere espacio. 
Cuando brindas tu mejor palabra
y su copa espera tu más ajeno silencio. 
Sé lo que digo cuando hablo de esto
porque he comprado el mar para regalarlo
a mujeres que salían de un naufragio 
o prendido el fuego de mis deseos
a alguien recién dada de alta
de la unidad de quemados.

A las mujeres nunca se las conoce 
como bien saben los que conocen de mujeres.

Ruego a los dioses que antes de pronunciar palabra
me esté escuchando una de esas señoras
que ríen y disfrutan con hombres descolocados,
y que mienten con elegancia y descaro 
cuando susurran que cómo sabes lo que está pensando.

© Mariano Crespo


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