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martes, 8 de marzo de 2016

Inmortalidad


Tal vez alguien me espere 
en un café, 
y grite mi nombre, 
y sea un alguien que creía muerto 
y ahora me está abrazando 
y me besa con besos calientes 
como el pan tierno.
Me limito a decirles 
que cuando me preguntan por la eternidad 
digo que no, 
que solo un poquito 
en la leve pizca del minutero 
que dura el reloj
o su recuerdo.
Pero este alguien 
recién aparecido en un café 
que cerraron hace tiempo 
y que me está poniendo el sexo duro 
como cuando era un muchacho hirviendo
me susurra al oído
que me engaño, que me miento.
Me limito a decirles 
sobre la inmortalidad, 
que no sé, 
que no contesto.

Me limito a no estar muerto.


© Mariano Crespo

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