Amé, y amo el recuerdo,
de un ángel enganchado a la heroína
con las alas lastradas por pinchazos.
Además era adicta
a la dulzura néctar de las reinas,
al desprendimiento de las rocas,
a la espuma del mar
y al sur galope del viento
sobre el asesino caballo que relincha.
La gente olvida esto
porque la heroína engancha
al que observa además de al que se la pincha,
como pringan por igual los cienos
Deseé matarla.
La echo tanto de menos.
© Mariano Crespo
Es un poema precioso Mariano, un homenaje precioso a su recuerdo.
ResponderEliminarUn beso, siempre echa uno de menos a quien ama.
Gracias, Ana. Un beso.
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