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jueves, 22 de enero de 2015

Nocturno



Nunca debí dar confianza a los espejos
porque solo te hiere quien te conoce.

El mío me devuelve esta noche 
la imagen de una estatua ecuestre 
a la que un dios revoltoso
retiró el caballo de repente.

Como un beso sin horizonte 
abandono la piedra y retorno 
al abuelo, el niño y un juguete

© Mariano Crespo


6 comentarios:

  1. Un espejo, refleja una cara, que jamás antes había mirado a un espejo, sintiéndose, esta, la única cara visible.
    Un espejo, no dice por decir, ni sostiene el gesto...

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  2. Gracias. Me gustan las opiniones de quien en cualquier momento se convierten en espejos.

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  3. Procuro aprender de todo y de todos (bueno, de algunos más y de otros, nada), pero he de decirte, que leyéndote, he aprendido, que una historia, por pequeña e intrascendente que pueda parecer, puede convertirse en una vivencia compartida, y huele y toma formas. Digo poco, pero solo lo digo cuando, cuando y a quien quiero. Eres un magnífico poeta,

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    Respuestas
    1. Creo que se me ha colado un cuando de más...

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    2. Yo creo, que, quitando uno pocos bendecidos por los dioses, hay grandes poetas que levanten ese consenso alrededor. A mí me basta con que haya unos pocos lectores (si son más, mejor) a los que provoque emociones y pensamientos y me incluyan en la nómina de sus amigos íntimos a quien ni siquiera conocen. Un beso.

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  4. Volver a la inocencia. Besos.
    Muy bello, enhorabuena¡

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