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miércoles, 14 de marzo de 2018

LA CASA


Creo que desde los seis años
- tal vez fueran los cinco-
no tengo claro el concepto.
Mi señorita o quizás un fraile
me mandó pintar una casa.
Me quedó de vicio
y mis padres lo celebraron.
Mírala con sus ventanas,
la puerta, la chimenea, el humo.
Este niño va a ser arquitecto.
- Es listo como su padre
- Es listo como su madre.
Luego hubo un descuido educativo
y no me enseñaron a pintar la hipoteca,
el valor catastral.
los seguros y recibos de mantenimiento,
el Impuesto sobre Bienes Inmuebles,
las reuniones de vecinos.
Los dramas familiares
para repartirse la de los padres,
El exilio de quien tiene que irse
en los divorcios.
El miedo en los huesos de la calle
entre cartones e ignorancia de los peatones.
Más tarde no supo decir a una mujer
que se quedara allí para siempre.
Creo que desde los cinco años
-tal vez fueran los seis-
no tengo claro un concepto
y tengo la vida a la intemperie.
En las ciudades hay niños de la calle.
Yo soy uno de ellos.
Un poco crecido, demasiado grande.

Mariano Crespo


            
      

1 comentario:

  1. Qué bueno es este poema, qué recorrido por una vida.... nunca podemos dejar de ser niños

    Un abrazo fuerte mi querido amigo

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