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martes, 8 de abril de 2014

Anacrónico




Ese modo 
de desear el suelo
cuando navego el aire. 
Esa manera 
de añorar el cielo 
cuando repto la calle. 

Ese contratiempo, 
esa infelicidad tan cobarde
de los fugitivos del presente
porque las flores 
siempre fueron más frescas mañana,
más maduras cuando reaparecen. 

La fragancia es el preludio,
las cenizas, 
lo anterior 
y posterior 
a los perfumes
por más que el olfato te engañe. 

Nunca alcanzas a amarme 
como sueño que me amarás 
como añoro que me amaste. 

© Mariano Crespo





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