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miércoles, 24 de junio de 2015

Objetivos


El año en que Neil Armstrong 
estrenaba con el pie la luna,
yo me exigí, campaneando uvas,
lavarme los dientes a diario,
jurarle a Mari Pili amor eterno,
no beberme el vino del señor cura,
y aprenderme las conjunciones,
todas, no solo copulativas,
para que no me pegara 
el profesor de gramática. 
La vida me ha mostrado 
que existen diferentes modos 
de llegar a astronauta 
y distintas maneras de caer a un pozo.
Con conjunciones,
todas, también las adversativas, 
o de manera aislada.

 © Mariano Crespo

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