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viernes, 5 de abril de 2013

MCM



Ensimismado ante mis siglas, mi siglo y sus años
constato que soy mil novecientos en números romanos.


Secular, con pocas luces y mucha barbarie,
con sus cloacas y su quosque tandem,
con sus gladiadores y sus ciudadanos,
con sus suspensos en el tan citado Derecho.


Haber tenido un imperio
no es una común manera de estar en ruinas.


Si leyéramos a los antepasados
sabríamos quién abre la puerta a los bárbaros.


Las culturas se derrotan de hastío

cuando la ética no provoca entusiasmo.



No puedo quejarme del trato de la vida
pero no quiero detenerme ante el retrato.



Los escultores saben que el canon no son los modelos
y que la belleza no siempre se le extirpa a la piedra
o encuentra, qué crueldad, una mirada analfabeta.




© Mariano Crespo Martínez



                    

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