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martes, 19 de agosto de 2014

Puerto de amor


Los barcos llegan, sí, 
pero es gracias a que se van 
que no estamos cautivos 
de nuestras promesas. 

Somos esos incumplimientos 
náufragos de una botella
que creen que nacen 
cuando se renuevan. 

El práctico de este puerto 
está ebrio todo el año 
y solo bebe en primavera. 

Los barcos llegan, sí, 
pero cuando nadie espera. 

© Mariano Crespo

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