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jueves, 19 de noviembre de 2015

Nostalgia (II)


"Tu nostalgia del incómodo tiempo negro me ha hecho sonreír con complicidad.
Estamos locos" Elvira DAUDET

Para  Elvira

Coincido, contigo,
hermosa poeta, 
en las dos cosas. 
Estoy loco
y además siento loca nostalgia 
entre cicatrices que fueron penas, 
Como la madre recuerda 
el primer tacto del niño 
apartando el humo del desgarro
y la salvaje ruptura 
de la vida por la puerta de la caverna.
Como guardamos añoranza 
de barras de bares
que si bien es cierto
nos sirvieron con diligencia
y excelente banda sonora
nuestras dosis diarias
contra la desesperanza, 
en ellas descubrimos la traición 
tras sus gafas opacas, 
y bajando las escaleras 
vomitamos nuestros fracasos 
y a las primeras viudas negras. 
No es que perdiéramos, 
allí la cartera, 
que también,
sino que además 
dejamos para siempre 
la foto de carné 
de la mujer 
con la que habíamos 
construido una biografía 
con solo poner el primer polvo,
la primera piedra. 
Amamos los partidos 
que vimos de pie y estrujados, 
los coches de choque 
que llamábamos utilitarios 
y, como eramos capaces
de hacer el amor en un sidecar,
gozamos el confort de las motocicletas,
y de las carreras urbanas 
sin dorsal pero con un policía 
pisándonos los talones y las contraseñas. 
Nos afiliamos 
a las causas proscritas 
por besar una mujer 
o derrocar una miseria,
porque hubiera más jardines 
y por cambiar los nombres
delas calles y las estatuas
ecuestres de las glorietas.
Y sentimos nostalgia 
del tabaco 
que nos arrebató amigos 
y de la ginebra 
que nos robó la lucidez 
aquel día,
en aquella puerta. 
donde el futuro 
era el ascensor 
y subimos por la escalera.
Sí, Elvira, 
no solo somos un pueblo 
que hace días de fiesta de sus derrotas,
- el día que venció a la Ilustración 
o que los gorilas quemaron las bibliotecas- 
sino que además estamos tan locos 
como para marcar en el calendario 
de nuestros himnos y odas, 
todos los días que gozamos un instante,
tan solo un leve instante,
durante un largo siglo de miseria
en un incomodo tiempo negro 
de una lúgubre sala de espera.

© Mariano Crespo


1 comentario:

  1. Muy bueno, maestro... Aunque ya sabe usted que la nostalgia no es más que "un burdo pasatiempo".

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