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viernes, 27 de abril de 2012

COTIDIANA



Decía Aute
que fría es la acera
de un beso de nadie.

Que frío es el abrazo
que no exisitió
porque no era
la oportuna calle.

Que condena es el tiempo
qus sujeta la hora
en que te fuiste
con una cadena.

Qué helado es el silencio
inalámbrico,
hierático
culpable.

Hay días en los que
da lo mismo si llueve.
No tienes ascensor
ni ganas de hablar
ni siquiera del clima con nadie.

La rutina
puede
ser
miserable.

Como queman
las hogueras apagadas,
Como hieren
las palabras no dichas.
Como fustiga
tu indiferencia,

Me gustaría ser un testigo inerte del tiempo
como un vulgar almanaque.

Pero tengo una foto tuya
que me duele en la cartera,
al lado del pecho
y esa ave que vuela.

El teléfono no me habla
desde que te colgué ayer tarde.

© Mariano Crespo Martínez



                 

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