Si pensáramos los dias impares.
Si amáramos los dias de sol.
Si fuéramos invisbles los jueves.
Si estuviera prohibido morirse con lluvia.
Todo sería tan previsible.
Todo tan calendario.
Sin embargo, alguien te comería
a besos, como yo pretendo ahora,
aunque esté prohibido y nublado.
No estamos hechos, amor,
para lo que con nosotros
están haciendo.
© Mariano Crespo Martínez
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