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domingo, 11 de noviembre de 2012

Regreso al presente



 Ponme, amor, la mano en la frente.
yo pondré la fiebre.

El murmullo del mar
lo tengo en la caracola.
He aprendido a cuidar niños y ancianos.
La lección más dificil ha sido saber cuidarme.

Al regreso de este viaje sin postales
me gustaría que los perros que he tenido
ladrasen de alegría al oler mis caricias muertas.
Poco más.

Entreabrir las ventanas
que me regalaron los ruidos de la calle del olvido
y a los amigos que lleguen recordarles
que en esta casa las puertas no se cierran
nunca y menos cuando llueve.

Al regreso de ningún viaje
me gana un cansancio de insomnios.´
No deshago equipaje alguno,
tan solo este cuaderno de notas
que llevo entre las orejas
y que es tan inoportuno
como la conciencia de derrota
tras cada efímero número uno.

La maleta llega vacía de los sueños
que dejé en prenda en cada peaje
Privada de los besos e historias rotas
que no saque de la casa de empeños.

Ayer mismo, parece que fue ayer mismo
cuando hubiera cambiado a ciegas
mi cromo favorito por plantar un árbol,
                                                       un libro,

                                                         un hijo. 

 © Mariano Crespo Martinez




                   

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