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viernes, 14 de junio de 2013

El Foro porteño


                             (A Joaquín Sabina que se inventó una ciudad)


In illo tempore, el consistorio 


me persiguió con su tristeza. 



Cuando mudé al Barrio de la Alegría

pusieron allí el tanatorio.


Madrid, villa y corte,

era un vasto territorio,

toda dama  reina consorte

efímera y un maestro salmantino

de alcalde presidente

que nos amaba en latín y cervantino. 



No es popular leer en esta villa

pero la gente conocía cada edicto,

con su moralina y su apostilla,

del ilustrado republicano con botijo.


La peña se bajaba al moro

y tornaban cargados de amapolas

perfumando los cafés del foro.

Tranqui, colega, tu controlas.




Como un ateo furtivo que reza

huí a una isla en tranvía.

El exceso de algarabía 

amarga el dulce poso a mi tristeza. 



En Maó descubrí la vida,

mi elección más sensata.

Moverse contra movida,

si me paro Madrid me mata.


Pongamos que hablo de vivir

y que el mediterráneo mas que un mar es una fe de erratas.



Todo polizón sabe que tornará al Foro porteño.

Ser pirata es un contrato temporal

con final en un abordaje de realidad

que decapita, sin ápice de piedad al libertario sueño.




© Mariano Crespo Martínez







                       

2 comentarios:

  1. A tu arte endémico sumas los retales del Maestro Joaquín, un goce para el alma, un poco de agua en el camino.

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  2. Gracias, Jordi, por tu generosidad y tu elegancia para conmigo. Un tipo de Linares se inventó una ciudad moderna y cateta y así tener tema para sus canciones.

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