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martes, 8 de octubre de 2013

Clemencia



Qué fáciles son las costumbres,
qué cómodo vivir en ellas.

Las inclemencias no son del clima,
son de los hombres miserables
que ignoran el suelo hechizados por la cima.
 

Llover es devolver el agua a la tierra,
en la ruta de la noria con tesón.

Estar mojándose a la intemperie,
ser un sin techo,
es inclemencia, falta de compasión.
tener hielo bajo el pecho.

A la hora de la culpa, nos damos la absolución,
y se la endosamos a los inocentes cielos
o a la víctima que, para estar así, algo habrá hecho.



A la piedad le faltan miradas y le sobran velos.
 



© Mariano Crespo




                           


                         

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