Páginas

jueves, 10 de mayo de 2012

El camello de alegría



(A mi amigo Isaac Rosa y los trabajadores de "Público) Hay un ciudadano africano,
de color negro,
que, a la puerta del supermercado,

vende su sonrisa,
aunque tenga "la farola"
en la mano
como capote o engaño.

Yo creo que le he visto
la misma solitaria revista
desde hace mas de un año.
-le vigilo fingiendo que leo
un periódico cerrado,
"Público", por poner un caso-.

Con lo que empiezo a sospechar
que todos mis vecinos
guiados por mi misma carencia
le compran el producto de su alma
en la trastienda de sus ojos,
en el escondite de su boca,
como una mercancia prohibida
por extravagante y extraña.

Porque el negrito de mi esquina
como antes, en el franquismo,
mi librero de cabecera,
vendía una cosa clandestina
y mostraba a Pemán o Cela.

La policía que nunca se entera
cree que vender la farola
y lo que nos vende es la sonrisa,
-droga dura en estos tiempos-
sin permiso y sin licencia.

 Tiene una dentadura perfecta
Yo tengo caries y un puente.
No sé si tendrá papelas
pero yo no tengo periódico.

© Mariano Crespo Martínez




1 comentario:

  1. Yo también me he quedado sin periódico.
    Me uno al homenaje a mi admirado escritor Isaac Rosa y a tantos otros grandes. Eso sí, me temo que con más simple verbo. No hay tantos grandes poetas.

    Gracias, Mariano, como de costumbre.

    ResponderEliminar