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miércoles, 8 de mayo de 2013

Taxidermistas de sueños




Los taxidermistas de sueños guardan el Olimpo
en la chistera donde los dioses procrean como conejos
y son extraídos a conveniencia.

Los taxidermistas de sueños
incluyeron la carne de gato en la gastronomía,
tienen libros de culto en las axilas,
hacen carrera política desde la escuela,
gustan de quemar sabios en las hogueras,
son dueños de urbanizaciones en la galaxia,
posan para su retrato en las casas de moneda.

Los taxidermistas de sueños 
inventaron el travestismo con un cordero y una loba,
convierten a la muerte en alegre sala de espera,
levantan sedes sociales en los cementerios,
realizan sesudos tests de inteligencia a la sopa boba,
emplean las palabras más hermosas
para la fachada vacua de la nada,
celebran el bautismo de todo lo maldito,
coleccionan devotos en ediciones de bolsillo lleno,
compraron el arcoíris a precio de ganga,
y cobran derechos de autor por las banderas.

Los taxidermistas de sueños
convierten el vino en agua, al revés que el Nazareno
y lograron, pertinaces, que la izquierda 
fuera designada dirección prohibida.

Los taxidermistas de sueños 
son el oficio más antiguo sin abrirse de piernas
ni cerrar por nochebuena.
© Mariano Crespo Martínez






                   
                      

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