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jueves, 16 de mayo de 2013

Y el verso se hizo verbo




Voy a intentar explicarme. 
Decir que luz se enciende
cuando a media oscuridad 
recitas un poema 
y el silencio invade
la muralla de la distancia
propia, neutral y ajena.


Esa humedad en los labios secos.
Esa brisa aliento que besa.
Esa detención del tiempo.
Esa ingravidez que pesa
en mitad de los huevos.


Tener doce razones para morir,
para resucitar, una docena. 




© Mariano Crespo Martínez






                        

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