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lunes, 24 de diciembre de 2012

El hombre invisible




Alguna vez soñé
con ser el hombre invisible.
(casi siempre, es triste decirlo,
para hacer cochinadas
sin ser reconocido).

Los sueños, puñeteros, se cumplen.
En todos los sentidos.

Ahora, la pesadilla concluye
con que ataca
la orquesta tu música
y las muchachas,
cuya belleza te estremece las piernas,
parecen no verte.

Y tú estás ahí, tarareando la letra,
solo, en el centro de la pista,
esquivando a las parejas
para que no tropiecen con una sombra que se te parece.


© Mariano Crespo Martínez





               

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