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martes, 18 de diciembre de 2012

El pueblo en que levantaré mi casa.




No tengo casa, pero llegaré a tenerla.

Como me parece vulgar empezarla por el tejado
la he comenzado por el pueblo.

Una villa en la que mi mente ya está empadronada
y que tiene más de lo que precisa un hombre con mis vicios y costumbres.

Juzguen ustedes.

Hay un escudo señorial que si lo acaricias brota la amapola del olvido.
Hay un campanario con nido de cigüeña instalado en mi reloj.
Hay un guardia de farmacia repartiendo libros de Vallejo.
Hay una torre inclinada al paso de las muchachas en flor.
Hay un cura, dos curanderos, tres brujas y un tele-club.
Hay una noticia que corre de boca por vacante de pregonero.
Hay una princesa consorte casada con el concejal de cultura.
Hay palacio de Justicia con juez de aquí paz y después gloria.
Hay un cementerio a la espera infructuosa de su muerto inaugural.
Hay vecinos bárbaros que lloran en el cine y los bautizos.
Hay una brigada de hombres-bobos que se transforman en sabios por luna llena.
Hay una general en huelga y un cabo de puesto sin cuartel.
Hay una virgen –dicen las malas lenguas- sin romería.
Hay una víbora de boca venenosa pero no muerde y es forastera.
Hay un astronauta empadronado que nos cae por Nochebuena.
Hay un sota, un caballo y un siete de copas trabajando de carteros.
Hay niños, rifas, paloduz, rio, lagartijas, cromos, chapas, peonzas y ranas.
Hay vacas lecheras y vacas que prefieren tomar café.


Hay un cronista oficial de la villa
que es quien esto firma y rubrica.


© Mariano Crespo Martínez
Del pemario
"Bailando con Charlie Parker y otros secretos voluntarios"


                      http://www.casadellibro.com/libro-bailando-con-charlie-parker-y-otros-secretos-voluntarios/9788492848485/2034553

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