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lunes, 4 de junio de 2012

El hogar que no tengo



La traición visitó alguna vez mi casa.
No soy distinto a ti, compañero.
Si sonrío con la mirada
y llevo una margarita en el sombrero

es porque el hogar que no tengo
en un sitio fijo
está construido con los ladrillos
leales, cotidianos, sencillos,
de tantos, tan buenos amigos.

© Mariano Crespo Martínez
  




                      

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