No voy a pasar ya una a los espectadores,
a los críticos, a los censores
y a los catadores de venenos.
A los tantos por ciento de nadie
y las ovejas que se duermen
contando insomnes
mientras rumian obviedades
o balan editoriales.
A los beatos del bipartidismo
y a sus fieles maniqueos.
A los aduladores de vacunas,
a los fabricantes de semáforos,
a los devotos de la fe de erratas,
a los artesanos de alzacuellos,
a los que a escondidas se masturban
con las crónicas de guerra
y las páginas de sucesos.
Estoy de observadores de la realidad
equidistantes y objetivos
hasta los huevos.
Esta mañana he pesado a la báscula
y preparo nuevos actos de insurgencia
tanto o más lesivos para su modelo
de tanta viga propia y tan poco amor ajeno.
© Mariano Crespo
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