Amor,
no es laborioso escribir,
pero es todo lo contrario a cómodo
este osado quehacer
de jugar malabares con los miedos.
Decir aquello que no puedo
dar por cierto
ni poner la mano en el fuego
pero que se escapa
con cada bocanada de aliento.
Decir, por ejemplo,
que tengo urgencia
por sacarlo todo
porque no me quede nada dentro
ni en el deseo
ni en el pensamiento
ya que tengo el escalofrío
de media tarde en invierno
cuando mis muertos previenen
de que proteja mi alma
que vienen malos vientos
y se me hielan las manos
peso a la canícula de julio
cuando esta ociosa la chimenea
y muy lejos tu cuerpo.
© Mariano Crespo
no es laborioso escribir,
pero es todo lo contrario a cómodo
este osado quehacer
de jugar malabares con los miedos.
Decir aquello que no puedo
dar por cierto
ni poner la mano en el fuego
pero que se escapa
con cada bocanada de aliento.
Decir, por ejemplo,
que tengo urgencia
por sacarlo todo
porque no me quede nada dentro
ni en el deseo
ni en el pensamiento
ya que tengo el escalofrío
de media tarde en invierno
cuando mis muertos previenen
de que proteja mi alma
que vienen malos vientos
y se me hielan las manos
peso a la canícula de julio
cuando esta ociosa la chimenea
y muy lejos tu cuerpo.
© Mariano Crespo
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