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jueves, 17 de julio de 2014

Calificaciones


En el colegio nos leían las notas en el comedor 
para escarnio público de los derrotados. 


Decían tu nombre 
te ponías en pie 
y leían tus calificaciones 
entre silencio de lentejas
o algarabía de cuatros. 
A los tontos oficiales 
se las decían dos veces y despacio 
para general regocijo
y privado espanto. 

Dicen que para ser alto
siempre es necesario alguien más bajo 

Había un tipo, 
dos veces listo
en aquel conjunto 
de candidatos a mentecato. 

Copiaba sus notas 
en múltiples copias 
y las desperdigaba por el patio.
Los incautos las recogíamos
y se las devolvíamos 
lógicamente inquietos 
de tanto sobresaliente extraviado.
Un éxito sin padre
es derrota tanto como huérfano. 

Me da miedo 
peguntar por él. 

Dicen que para estrellarse 
no hay como subir muy alto. 

Al menos es una idea muy extendida
entre los suspensos y los bajos.
 

© Mariano Crespo

1 comentario:

  1. Las peores caídas se deben a subir demasiado deprisa, claro... quien puede ser tan mentecato, no todos tenemos ese "don".

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