Páginas

miércoles, 2 de julio de 2014

Desamparo


A veces me derrumbo
recordando 
vidas desgraciadas
con finales de miseria. 

Yo he metido en la nevera 
el cadáver de una bella adolescente
a la que se le fue la mano 
con la desesperación de un beso perdido 
cuando había nacido para morada de dioses
o marcapáginas de un largo sueño. 
Yo he arrojado al Duero 
el paso roto de un buitre carroñero 
atropellado por un coche 
como un vulgar peatón o un insecto. 
Yo he visto llorar en soledad 
sin la misericordia de hombro 
o pañuelo ajeno 
al dueño de la voluntad de un pueblo 
arrojado en caída libre 
del pedestal al silencio. 

Con estas heridas abiertas 
tal vez entiendan 
que hay noches en que necesitaría rezar 
sin una razón concreta 
y con un miedo de altar mayor
de catedral obscena.

Y quiero que sepan
que hago un callado grito de auxilio 
pero ningún dios sintoniza mi frecuencia. 

© Mariano Crespo

2 comentarios:

  1. *tampoco las mías.aquel impertérrito [semi]dios
    mudó, mudo, de frecuencias!
    abrazos

    ResponderEliminar
  2. Lo mejor de derrumbarse es volverse a construir. Pero sin la ayuda de esos díoses sordos, porque solo ven la TV.
    Beso fuerte.

    ResponderEliminar