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lunes, 12 de marzo de 2012

Esa noches en que me crees solo



Esas noches en que me crees solo,
converso con don Antonio.
Si lo aconseja el cuarto creciente
vuelo a un Paris, grande, muy lejano

y otra vez grande, con Cesar Vallejo,
cuidando que no sea un jueves de aguacero.
En ocasiones me alisto en el ejercito
para dormir con los versos del capitan
y sentirme chileno y marinero
con Pablo y sus cerezos.
A otros ratos me voy con un enjuto
y feo poeta a leer el Quijote al templo.
León Felipe se llama,
y toca un violín gastado, usa capa,
y no reza como los sacristanes
viejos los rezos.
En noches oscuras viene Federico
para hablarme de la luna y su frio,
o llevarme a un Nueva York
gitano, mestizo en donde los niños negros
juegan con el fauno del rio.
También se deja caer por mi lecho,
Jaime Gil de Biedma,
y me habla con distancia
de su vida bohemia,
y del despecho del amor oscuro.
Baudelaire, Rilke, Borges,
son mediopensionistas
en la posada de mi insomnio
y beben absenta todos
menos el místico ciego.
Poco antes de que el tio arenero
me cierre del todo los párpados
me habla al oido de nuevo don Antonio
con su verso certero:
Ayer soñé que veía
a Dios y que a Dios hablaba;
y soñé que Dios me oía...
Después soñé que soñaba.
Y me voy a de mis asuntos
a mi corazón y sus recuerdos
rodeado de poetas
por los campos de Castilla.
Esas noches en que me crees solo,
están de guardia en mi cama
los que me liberan de la pesadilla.


© Mariano Crespo Martínez

                


2 comentarios:

  1. En sus noches quisiera estar,
    valgame la osadía;
    soy poeta de día
    y en las noches me gusta soñar...

    Lindo poema don Mariano.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Gracias, seguro que en mis noches está pues gusta de acomapañarse de quien a mi me acompaña.
      Gracias.

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